El último escrito de acusación contra Donald Trump tiene 45 páginas, pero en realidad cuenta una historia muy sencilla: tras perder las elecciones, el presidente y seis colaboradores urdieron un plan para mantenerlo ilegalmente en el poder, justificándose con acusaciones de fraude electoral que sabían falsas. No hablamos como en imputaciones anteriores de sobornar a una actriz porno o de almacenar documentos secretos en un baño, esta imputación es por intentar derribar la democracia desde el despacho presidencial.