La activista Arina Popova fue arrestada por protestar con un cartel que decía “No a la Guerra” en el centro de la ciudad rusa de Vorónezh el 6 de marzo de 2022. Popova fue una de las primeras personas acusadas bajo la infracción administrativa de “acciones públicas destinadas a desacreditar a las Fuerzas Armadas rusas u organismos estatales”, introducida por las autoridades rusas el 4 de marzo de 2022, unos días después del inicio de la invasión de Ucrania. La activista fue condenada a pagar 30.000 rublos (unos 292 euros), cantidad que posteriormente fue reducida a la mitad.