En números: 21 festivales de 35 países organizan un evento virtual de 10 días con 100 películas de acceso gratuito y charlas inéditas. Una muestra, más que un festival, cuyos beneficios irán destinados al Fondo de Respuesta Solidaria a la COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud. Esto es, en pocas palabras, el We Are One.
Nació a finales de abril, tras la cancelación de festivales de cine de peso debido al coronavirus, como Cannes o Locarno. Un proyecto que pretendía ser una declaración de intenciones: los mayores escaparates de la industria no iban a dar por perdido el año cinematográfico.