Los testimonios de las mujeres que acusaron a Plácido Domingo de acoso o comportamiento sexual inapropiado tuvieron un impacto global. A partir de ese momento el tenor, uno de los más grandes de la música lírica, fue vetado en los escenarios de Estados Unidos. En España, en cambio, siguió actuando de manera regular con casi una decena de conciertos desde entonces. Tan solo sufrió la cancelación de una zarzuela cuya contratación dependía directamente del Ministerio de Cultura. Desde que su comportamiento hacia las mujeres tuvo exposición pública, el artista madrileño fue contratado por la Generalitat Valenciana y, posteriormente, siguió actuando en España sorteando la contratación pública directa pero encontrándose con sus admiradores en escenarios de gestión pública.