El endurecimiento de las posiciones contra la inmigración en la UE empiezan a tener consecuencias políticas. La izquierda ha tumbado las directrices de la Eurocámara para la preparación de los presupuestos de 2024 por la maniobra de las derechas para blanquear la posible financiación de vallas y muros a través de fondos europeos, algo a lo que a priori la Comisión Europea se opone. Los socialistas y demócratas y Los Verdes han virado del apoyo al rechazo a la resolución por la aprobación de una enmienda del Partido Popular Europeo que eliminaba de la redacción el rechazo explícito "al uso de fondos de la Unión para la construcción de vallas o muros en las fronteras exteriores de la Unión" y manifestaba que el gobierno comunitario debía seguir oponiéndose "en el presente y en el futuro".