Juan Antonio Roca afronta el que se prevé como su último juicio por corrupción en la gestión urbanística de la Marbella de los años noventa y 2000. Hace unas semanas se sentó en el banquillo de los acusados para afrontar esta causa en la Audiencia Provincial de Málaga. No estaba solo. A su lado se encontraba el empresario Tomás Olivo. Días más tarde, éste confirmó su asalto al accionariado de Unicaja, convirtiéndose en el segundo mayor inversor del banco andaluz. Su nombre, además, ha escalado en los últimos días a la sexta posición de la lista Forbes de las mayores fortunas del país.