Rusia ha decidido hacer efectiva su amenaza y no renovar el acuerdo que, en plena guerra, ha permitido el envío de casi 30 millones de toneladas métricas de cereales a través del mar Negro desde los puertos ucranianos. La ONU ha calificado decisión de Moscú como "un duro golpe para las personas necesitadas de todo el mundo". El Kremlin alega que no se han cumplido las condiciones para una extensión del ya frágil pacto que expiraba a medianoche, mientras que Kiev se abre a continuar sin la participación rusa.