En las últimas semanas, una imagen desde Senegal ha dado la vuelta al mundo: sobre la alfombra roja de uno de los pasillos del Palacio Presidencial, dos jóvenes, que rompen con la estética y el protocolo institucional habitual en la política del país, avanzan hacia su interior. Macky Sall, expresidente de la República, recibe a las nuevas caras: Bassirou Diomaye Faye, el nuevo presidente de Senegal y, Ousmane Sonko, recién nombrado como primer ministro por el propio Faye. A finales de marzo y a escasos días de las elecciones presidenciales, ambos dormían en la prisión de Camp Manuel, en Dakar.