Fue una de las primeras decisiones de la Comisión Europea, el 13 de marzo pasado: movilizar dinero no gastado de fondos ya previstos para ayudar en la crisis de la coronavirus. La propuesta recibió el visto bueno de los Estados miembros el 30 de marzo de 2020, el mismo día en que el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, comenzó a gobernar por decreto en virtud de los poderes extraordinarios adoptados asumidos en la crisis.
Así, en Hungría el Ejecutivo, es decir, el propio Orbán, decidirá cuándo acabar con estos poderes extraordinarios, y eso que el partido de Orbán, el Fidesz, ya tiene una mayoría de dos tercios en el Parlamento nacional.