''Los haters siempre me dicen: 'Tonya, cuenta la verdad'. No hay algo así como 'la verdad'. Cada uno tiene su propia verdad''. Con ese relato en voz en off comienza el tráiler de la película que llevó su vida –o mejor: una versión de, como corresponde a los cines de todo el mundo.
Algo de esa intriga, de eso que Tonya Harding tal vez prefiere callar, la persigue hasta hoy.
En su juventud fue una de esas grandes estrellas del deporte que todos admiran: vestida con telas estridentes, los ojos saltones, el pelo tirante, deslumbraba en las pistas de patinaje sobre hielo, lugar al que siempre describió como ''un verdadero hogar, un santuario''.