El enésimo caso de brutalidad policial en Estados Unidos ha resultado especialmente gráfico y doloroso, y está provocando el duelo, la indignación y la condena casi unánime a lo largo y ancho del país. El pasado 7 de enero, Tyre Nichols, un joven afroamericano de 29 años, se dirigía a casa de su madre en Memphis (Tennessee), cuando se encontró con el alto de un control policial. "Fuera del maldito coche, sal del maldito coche", repitió varias veces uno de los agentes –todos ellos también afroamericanos–, antes de abrir por la fuerza la puerta del conductor y reducir a Nichols contra el suelo.