La mañana del viernes 4 de abril, un puñado de personas llegó a la parroquia de San Sebastián, en el centro de Madrid, para acompañar el ritual con el que se empieza a cumplir la voluntad de Fernando, muerto y enterrado en madrid en 1798: regresar a Cusco, a donde llegarán sus restos simbólicos este lunes
Si en lugar de polvo en una urna, llegara Fernando Tupac Amaru, la presidenta de Perú, Dina Boluarte, sería la primera en bloquearle el paso y tratar de regresarlo a la celda madrileña donde pasó toda su corta vida