Washington y Pekín velan armas para una guerra que nadie desea. La escalada arancelaria de la Administración Trump ha distanciado a aliados y rivales competitivos de EEUU. El ‘gigante asiático’ cree que la volatilidad de los mercados doblegará el proteccionismo americano e impondrá la alternativa europea de una desescalada controlada de riesgos (de-risking) entre superpotencias comerciales
La economía china aguanta los primeros envites de los aranceles de Trump
Nadie parece querer una batalla comercial abierta, sin orden ni concierto, y con una gestión que resulta patéticamente caótica.