Ferrovial, que el pasado mes de febrero anunció que trasladaba su sede social desde España hasta Países Bajos, tiene una dilatada relación con el mundo ferroviario. En la última década, entre otras cosas, la empresa de Rafael del Pino ha recibido adjudicaciones públicas de cientos de millones de euros para gestionar el servicio de atención al viajeros en trenes de Renfe. La política de vestimenta e imagen que durante años impuso a sus trabajadores le costó una sanción, confirmada el año pasado por el Tribunal Supremo, porque obligaba a las mujeres a maquillarse con "tonos discretos y naturales".