Para el escritor y profesor Juan Manuel Gil la literatura, fundamentalmente, "nos ayuda a sentirnos menos solos". Y lo cierto es que los personajes que habitan su nueva novela, Trigo limpio, acompañan al lector de tal forma que sobreviven al final de la misma. Uno cierra el libro pero se lleva de paseo al misterioso y embaucador Huáscar, al pecoso y huidizo Simón o a ese bravucón sin nombre propio conocido en la novela como 'el del síncope', por las causas de su fallecimiento.