A menudo, evitamos mirarnos en los ojos de nuestra pareja. Resulta doloroso; en ellos no solo se reflejan la ternura y el amor, también la incomprensión, la soledad, la falta de deseo o su inevitable proyección hacia cuerpos ajenos. ¿Y si imagináramos cómo ve la vida —la paternidad, el sexo, la masculinidad— ese otro? Luna Miguel (Alcalá de Henares, 1990) se asomó durante cinco años a la intimidad de su compañero, que le sirvió como punto de partida para elaborar poéticamente una figura: la del escritor macho, aquel que se enfrenta diariamente a sus contradicciones y que ama "torpemente / casi como lo haría un hombre".