El escritor Paul Auster, fallecido este primero de mayo a los 77 años a causa de un cáncer pulmón, llevaba un tiempo viviendo en Cancerland, ese país desde el que tanto él como su esposa, Siri Hustvedt, mandaban postales de vez en cuando; “un lugar donde en realidad nadie vive, solo espera”, escribió ella. Una de esas comunicaciones fue bastante más voluminosa que las anteriores, venía encuadernada y llevaba un título, Baumgartner.
Leer más: Fallece Paul Auster y deja como última novela un ensayo sobre la persona fantasma amputada