El armario puede utilizarse como un refugio ante la discriminación, pero sale muy caro. En todos los contextos, también en el laboral. Una reciente encuesta de UGT, la segunda que lanza el sindicato para medir la discriminación que afrontan las personas LGTBI en el trabajo, señala que "un 40% de las personas LGB+ vuelven al armario en sus trabajos a pesar de que están fuera de él en su ámbito familiar y social". La consecuencia es una pérdida de derechos laborales, como los 15 días por matrimonio o los permisos de cuidados y por enfermedad de las parejas, entre otros.