El día 25 de junio estaba prevista la tradicional marcha del Orgullo LGTBI en el centro de Estambul, pero las autoridades de la ciudad volvieron a prohibir el evento y desplegaron un imponente dispositivo de seguridad.
Las autoridades cerraron dos paradas de metro durante horas, vallaron la calle más comercial del barrio donde iba a tener lugar el desfile y desplegaron centenares de policías, lo que obligó a los manifestantes a cambiar el lugar del evento en el último minuto para burlar el veto.