Los países fueron tomando decisiones en la medida en que se lo pedían sus cifras de contagios y fallecidos; o en función de las declaraciones de la OMS; o por lo que pedía la oposición. O, simplemente, por lo que veían a su alrededor. Pero, lo cierto, es que los 27 miembros de la UE reaccionaron al coronavirus en clave nacional, sin coordinación entre ellos; hasta el punto de cerrar las fronteras con sus vecinos casi sin avisar.
Si bien la primera reacción de los 27 fue descoordinada, la Comisión Europea intenta que ahora sí haya coordinación: un plan para la desescalada, unas directrices, una guía, un criterio, que este miércoles presenta la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen.