Los precios disparados de la energía han elevado las facturas de la luz, la calefacción y la gasolina de todos los hogares. Pero la inflación duele mucho más en unas casas (y barrios) que en otros. "Nos ha roto el invierno", lamenta Estefanía, una joven trabajadora con dos hijos y cuya pareja está en paro. "Llegó la factura de la calefacción de 600 euros. Tuvimos que llamar para financiarla en tres meses: 200, 200 y 200. No llegábamos. Es que si no…", se detiene la joven.