Jair Bolsonaro se oculta en la distancia. Después de los actos de violencia contra la sede del Congreso, el Tribunal Supremo y palacio de Planalto, el expresidente brasileño esquiva desde Orlando, en Florida, el caos político desatado por sus seguidores en Brasilia. Hasta el momento, son siete las investigaciones abiertas y más de 1.800 las personas que han sido detenidas en la última semana por los ataques del 8 de enero. Entre ellas está el exministro de Justicia de Bolsonaro, Anderson Torres, responsable de la seguridad de la capital brasileña en el momento del ataque a las instituciones.
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