Correos electrónicos, reuniones, argumentarios… Marruecos se ha empleado a fondo en los últimos días para intentar suavizar las críticas que, de manera prácticamente inédita, el Parlamento Europeo va a hacer ante la vulneración de los derechos humanos en ese país. A pesar de la convulsión que el Qatargate ha provocado en el seno de las instituciones europeas –y cuyo origen está precisamente en Marruecos–, el reino alauí no se ha dado por enterado y ha continuado con su ofensiva en la Eurocámara.