La guerra en Ucrania ha revelado las vulnerabilidades en los sistemas de seguridad y defensa de los aliados, que aseguran que se están quedando sin munición en las reservas. Además, los avances tecnológicos han abierto algunas grietas contra las que se conjuran. Ahora toca el turno a la protección de las infraestructuras críticas submarinas después del sabotaje al gasoducto Nord Stream y ante el temor a nuevos ataques de ese tipo a otro tipo de instalaciones, como las de telecomunicaciones. Ante esa situación, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha anunciado este miércoles la creación de una célula que trabaje en la coordinación y prevención para evitar ese tipo de situaciones.