El líder conservador no evita el daño político pese a su elección como canciller y refleja la crisis de estabilidad política en la mayor economía de Europa
Quién es Friedrich Merz: el nuevo canciller alemán que pasará a la historia por ser investido a la segunda y por haber flirteado con los ultras
El día más importante de la vida política de Friedrich Merz difícilmente podría haber comenzado peor. El líder conservador encajó una derrota antes incluso de convertirse en canciller federal de Alemania, un objetivo que el actual presidente de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) llevaba décadas persiguiendo.
El fracaso en su intento de ser elegido en primera instancia por el Parlamento federal no tenía precedente en la historia de la República Federal, lo que confirma la precaria situación para el llamado “centro político” de Alemania. La elección en la segunda votación no mejora la situación, aunque al menos permite a Merz maquillar el bochorno. Merz obtuvo finalmente 325 votos en ese segundo intento.
Los 310 votos –seis menos de los necesarios para una mayoría absoluta– registrados en la primera votación del Bundestag son algo más que una simple nueva derrota de Merz. Son un serio aviso sobre la gobernabilidad de la primera economía de la Unión Europea. La durante tanto tiempo alabada estabilidad alemana está en peligro. Los más de 10 millones de votos que la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD) recibió en las elecciones federales del pasado 23 de febrero, y que la convierte en el segundo partido del país y líder de la oposición parlamentaria, contribuyen a ello.
El fracaso en su primer intento de obtener el apoyo suficiente de los diputados de la unión conservadora CDU-CSU y del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) indica al menos dos cosas: que el liderazgo de Merz dentro de sus propias filas está desgastado antes incluso del inicio de su gobierno y que la mayoría parlamentaria de 328 diputados con la que cuenta la Gran Coalición de conservadores y socialdemócratas es insuficiente para gobernar con cierta estabilidad por las dudas que genera la falta de disciplina parlamentaria.
Independientemente de si la revuelta fue entre las filas conservadoras o las socialdemócratas –tal vez entre ambas, aunque el voto secreto hace difícil saberlo–, la debacle de este martes en el Bundestag es también un recordatorio sobre la carrera política de Merz. Se podría decir que su biografía política está marcada por los fracasos: perdió la batalla con Angela Merkel a inicios de este siglo por el control de la CDU, perdió un congreso de su partido frente a la sucesora fallida de Merkel, Annegret Kramp-Karrenbauer, y otro frente al democristiano centrista Armin Laschet. Lo ocurrido este martes en el Bundestag recuerda ese historial de derrotas de Merz.
La sombra de AfDSi Merz es el principal damnificado de la votación del Bundestag, no hay dudas de que AfD es la gran beneficiada por lo ocurrido. La situación abona el discurso de la ultraderecha, que no duda en calificar a Merz de “estafador electoral” por haber incumplido sus promesas electorales en cuestiones como la política migratoria o el endeudamiento público.
El partido de Alice Weidel y Björn Höcke está convencido de que la Gran Coalición no podrá aportar estabilidad a Alemania y especula con una legislatura corta y un nuevo adelanto electoral que, a tenor de la evolución de las encuestas, podría convertir a AfD en el partido más votado en Alemania, lo que traería consigo consecuencias imprevisibles para Alemania y Europa.
El derechista Jens Spahn es clave en todo este gran enredo que vive la política germana. El nuevo jefe de la fracción parlamentaria de la CDU-CSU y exministro de Sanidad es una figura incómoda para Merz —ya lo fue para Merkel cuando era canciller—. Recientemente, Spahn abrió la puerta a una normalización de las relaciones institucionales con AfD, lo que genera una nueva brecha en el maltrecho cordón sanitario en Alemania.
Diversos análisis publicados por la prensa alemana interpretan esas palabras como una advertencia de en qué se podría convertir el conservadurismo alemán si Spahn sucediese algún día Merz al frente de la CDU. Una coalición entre la CDU-CSU y AfD estaría sin duda un poco más cerca en ese caso. Queda por ver qué papel podría haber jugado Spahn –una figura política oportunista y obsesionada con el poder– en lo ocurrido este martes en el Bundestag.
Las condiciones no son las mejores para que Merz sea un canciller exitoso. Su popularidad ya era baja antes de su elección en segunda instancia este martes en el Bundestag. Más de la mitad de la ciudadanía alemana lo rechaza como jefe de gobierno, como apuntó una reciente encuesta publicada por el canal público ZDF.
La sensación de que esta legislatura podría ser la última oportunidad para evitar que la ultraderecha alcance el poder se refuerza con la inesperada derrota parlamentaria sufrida por el nuevo canciller federal de Alemania en la primera votación. Merz no se puede permitir más fracasos políticos de primer orden como el escenificado este martes en el Parlamento alemán.