El presidente del Gobierno anunció, durante su comparecencia para declarar el estado de alarma, que en los próximos quince días queda suspendida en España toda actividad minorista a excepción de ciertos comercios, entre los que están tiendas de alimentación, farmacias, estancos, tintorerías y peluquerías.
Esta última categoría ha provocado una intensa reacción, tanto por parte de la gente —que se pregunta por qué— como de los propios empleados del sector, que llevan días con la incertidumbre de si tendrán que ir a trabajar o no. El cierre de comercios que decretó Madrid también las excluía.
La realidad es que no hay una respuesta clara y concreta a por qué el Gobierno no ordena cerrar las peluquerías.