"La escalada de los precios de la energía golpea cuatro veces más a los pobres que a los ricos", avisa el Banco Central Europeo (BCE) en un informe reciente. La institución que dirige la política monetaria de la eurozona desvela con éste y otros cálculos que está en una difícil encrucijada. Advierte de que el encarecimiento de luz, gas o combustible amenaza el consumo y el ahorro de las familias, sobre todo de las que tienen menos renta, mientras endurece el coste del crédito y pone en riesgo el crecimiento económico para, precisamente, atajar la inflación general.