Cada vez que alguien compra una botella de una bebida alcohólica, una cajetilla de tabaco o una caja de latas de cerveza, está pagando un impuesto especial. Este tributo, además de gravar de manera añadida productos que pueden ser delicados para la salud, permiten hacer un rastreo de la evolución del consumo en España. En las recientes estadísticas de cierre de 2022 publicadas por la Agencia Tributaria se constata un incremento considerable en las ventas de esos tres productos en un contexto de recuperación del consumo, que ha ayudado a la recaudación récord de impuestos por parte del Estado.