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(Londres TV)  Hace 30 años el mundo no salía de su asombro al ver a aquel hombre desconocido que se plantó frente a un convoy de tanques de guerra en la mundialmente famosa Plaza de Tiananmen, o plaza de la Puerta de la Paz Celestia, en Pekin y desde entonces se convirtió en ícono de la protesta pacífica.

Entre el 3 y el 4 de junio de 1989, el gobierno chino ordenó al ejército dispersar a la fuerza a la multitud que protestaba por sus derechos cívicos y que sumaba siete semanas de ocupación de la emblemática plaza. Los líderes chinos sabían que la única manera que tenían de impedir la expansión de la protesta, que ya daba visos de extenderse a otras regiones del interior de China, era reprimiéndola a como diera lugar.

Este acontecimiento histórico marcó un antes y un después en la manera en que el mundo miró al interior de China y su gobierno. El acontecimiento que dio inicio a la ola de protestas fue el fallecimiento del ex secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China, Hu Yaobang, quien  había sido expulsado del Gobierno por Deng Xiaoping en febrero de 1987.

Hu marcaba la diferencia al mostrarse liberal, y su expulsión en respuesta a las protestas estudiantiles de 1989, fue el tizón que encendió la polémica en ciertos círculos del país. Su muerte animó a los chinos en el descontento y aupó la falta de temor a la represión política, pues les pareció extraño en demasía que no se permitiera al pueblo estar presente en los funerales de un ex secretario general del Partido Comunista de la República Popular China.

 

Una ola que se extinguió a fuerza de tanques

La denominada protesta de la Plaza de Tiananmen consistió en una serie de concentraciones llevadas a cabo por estudiantes chinos entre el 15 de abril y el 5 de junio de 1989. Los manifestantes pertenecían a grupos de estudiantes e intelectuales que vieron una oportunidad de oro aquellas semanas del 89.

La decisión que tomó el gobierno chino fue suprimir las protestas haciendo uso de la fuerza  obviando negociar con los manifestantes. Primero aplicó la Ley Marcial el 20 de mayo de 1989. Luego, la noche del 3 de junio, envió los tanques y la infantería del ejército a la plaza de Tiananmén para disolver la protesta.

Mucho se ha especulado sobre la cifra exacta de muertos que dejó ese fatídico día. Los más conservadores, como la Central de Inteligencia estadounidense cifran los muertos entre 400 y 800. Mientras que la Cruz Roja Internacional la ubica en 2600. La mayoría de analistas opinan que la cifra supera las 10.000 personas, en tanto que en 2017 el Gobierno británico desclasificó un telegrama del, por entonces, embajador británico Alan Donald, en el que asegura que el número de civiles muertos es de unos 100 000 a una estratosférica cifra de 1 000 000.

En el umbral de las protestas de Tiananmen fue tomada la foto ganadora del World Press Fhoto de 1990, en la cual  se muestra a un joven estudiante opositor enfrentándose a una columna de tanques, de allí su apodo “el Hombre del Tanque”.

Tras la condena internacional que siguió a la masacre de Tiananmen, el mundo jamás olvidaría al líder chino Deng Xiaoping, por ser el artífice de la orden que desencadenó los acontecimientos sangrientos de aquel fatídico junio de 1989