En dos años está previsto que Alemania cierre todas sus centrales nucleares. A esa decisión, tomada en 2011 y bajo el shock global causado por el accidente nuclear en Fukushima, se suma la reciente aprobación a cargo de los responsables políticos e industriales germanos de un plan para acabar con el uso del carbón como fuente de energía.
Bajo la canciller conservadora Angela Merkel, Alemania va convertirse en el primer país que abandona la energía nuclear y la que proviene del carbón. En Alemania, al carbón le llegará "el final, a más tardar, en 2038", según los términos del ministro de Hacienda, el socialdemócrata Olaf Scholz.
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