Del optimismo a tener que dar marcha atrás. De país modelo a otro ejemplo más de que, incluso para quienes han sobresalido en su respuesta al virus, el aumento de los casos tras haber conseguido doblegar la curva ya no es un riesgo, es una realidad. Portugal ha estado durante semanas en el podio de los países de Europa occidental que mejor lo han hecho contra la COVID-19, con un nivel de infección y muertes muy inferior al de sus vecinos. Ahora, en plena reapertura al turismo, tiene una de las peores ratios de nuevos contagios por 100.000 habitantes del continente y se ha visto forzado endurecer algunas medidas en la zona de mayor incidencia, Lisboa y su periferia.
Leer más: Los brotes de Portugal provocan incertidumbre en el vecino ejemplar