El devastador terremoto que el lunes pasado sacudió el centro de Japón ha dejado al menos 168 muertos y más de 300 de desaparecidos, mientras las tareas de búsqueda de víctimas y asistencia a los damnificados continúan, obstaculizadas por la nieve y los daños en las carreteras. Se calcula que más de 2.000 personas continúan aisladas en 24 localidades en la prefectura de Ishikawa, la más golpeada por el terremoto de magnitud 7,6 –el más devastador que se ha registrado en Japón en la última década–.