El presidente de Argentina reivindica en Davos las figuras de Donald Trump, Benjamín Netanyahu, Víktor Orbán, Giorgia Meloni y Nayib Bukele como ejemplo de la lucha contra el "wokismo, un cáncer que hay que extirpar"
Si hace un año el peligro era el socialismo; el “cáncer a extirpar” ahora es el wokismo. El presidente de Argentina, Javier Milei, se ha presentado en Davos, ante la élite económica y política mundial como un llanero solitario outsider –y quejoso– ante la ideología woke, un concepto que ha hecho fortuna entre los ultras del mundo que están en trance de unirse para desacreditar los avances humanos que han permitido progresar en derechos laborales, sociales, de las mujeres, en defenitiva, de todo aquel que queda al albur del capitalismo sin límites, incluido un planeta cada vez más explotado y en crisis.