Los habituales ríos de gente del aeropuerto de Ciudad de México imprimen este miércoles una imagen de normalidad al aeródromo capitalino que se ve interrumpida en la puerta de llegadas internacionales, donde una familia con mascarillas se pone guantes de látex para abrazar a su hijo.
Hugo acaba de llegar a México desde Barcelona, una ciudad sumida en la cuarentena decretada en toda España. Se fue hace un mes a la capital catalana para un intercambio de estudios que ha tenido que interrumpir abruptamente por el dichoso coronavirus.
"Allí se tomaron las medidas que se tenían que tomar, la cosa es no esparcir el virus", cuenta este joven sobre la experiencia de tener que estar confinado en casa y solo poder salir para comprar alimentos.
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