La ganadería es uno de los sectores más afectados por el parón económico. Para ciertos productos, el repunte del consumo en supermercados que vivimos en las últimas semanas —que ya ha vuelto a la normalidad porque las familias hicieron acopio— no compensa el cierre de hoteles, restaurantes y pequeñas tiendas de alimentación. Las explotaciones de vacuno (ternera, vaca, buey) y ovino (cordero) han visto cómo de un día para otro se desploman sus ventas. La solución de sus dueños pasa por sacrificar a menos animales o por, directamente, soltarlos al campo.
Las asociaciones ganaderas alertan de que la industria está aprovechándose de esta mala situación.