La caída del precio del petróleo puede conllevar a que Bolivia deje de ingresar unos 700 millones de dólares por la venta de gas, cuyos precios dependen de los del crudo, aunque por otro lado puede ahorrarse otros 550 millones en la importación de combustibles.
Estas cifras son las que maneja la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), según su presidente, Herland Soliz, que este martes se pronunció sobre la histórica caída del precio del petróleo en la víspera ante la crisis internacional generada por la pandemia del COVID-19.
Aunque el efecto en Bolivia puede diferirse hasta "el último trimestre del año", pues las variaciones de precios no se aplican de forma automática, ya se trabaja "para reducir el impacto en la renta petrolera", es decir, lo que ingresa el país por la venta de hidrocarburos, comentó Soliz en redes sociales.
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