Día tras día, cada vez con más frustración y desánimo, llaman a los teléfonos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). "Estás dos meses sin ingresos y que no haya una voz humana que te responda... Que te diga: 'Mire, es que no damos a basto'. Algo. Un día tras otro. Nadie coge el teléfono", critica Dioni Serrano, periodista en un ERTE desde finales de marzo y que aún no ha cobrado la prestación por desempleo. Como él, Carlos, Óscar y Carmen (nombres ficticios), denuncian el retraso en el cobro de su prestación y la falta de respuesta del organismo público, que ha afrontado una avalancha de peticiones de desempleo sin precedentes fruto de la crisis del coronavirus.