A los treinta años de la caída del Muro de Berlín ya nadie parece querer acordarse de aquel evento que paralizó al mundo. Al menos en Alemania. Las celebraciones de estos días han tenido un marcado perfil bajo. Y en la cultura pop tampoco ha aparecido ningún libro, ninguna película de relevancia sobre aquel suceso histórico en los últimos tiempos. Nada que ver con lo ocurrido hace veinte años, cuando todos querían escribir y filmar sobre aquello.
"Cuando cayó había motivos de alegría, felicidad. Se hicieron películas y novelas de amor. Había esperanza. Ahora todo es más difícil. Se podían hacer comedias porque aquello había terminado bien, pero treinta años después, y con la situación en Alemania con el auge de la extrema derecha en el este, ya no está la cosa para hacer chistes", explica Anna María Ballester Bohn, que está al frente de la biblioteca del Instituto Goethe en Madrid.