Lo que pasó con Lightyear en el verano de 2022 fue doloroso. Ese extraño derivado de Toy Story, planteado como la película que animó a Andy a comprarse un muñeco de Buzz Lightyear en los 90, llegaba a los cines tras tres lanzamientos directos de Pixar a Disney+. Ante el complicado marco pandémico, Disney había relegado al streaming los estrenos del estudio del flexo en una jugada sorprendente por el supuesto prestigio de la marca: uno que no debía ser suficiente para arriesgarse con una exhibición en salas de aforo limitado.
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