Le pasa a Gerard Alegre (Barcelona, 1988) lo que al protagonista de la lánguida y desengañada Disneylandia (1983) de Los Burros. La lastimera voz de Manolo García arrastra en ella un “siempre quise largarme, no estar aquí” que es lo primero que farfulla el alma máter de El Último Vecino en respuesta a una pregunta formal, de preámbulo, sobre su ubicación. “En Barcelona, de momento. Bueno, hace años que me quiero mudar, pero hace años que me quedo”, contesta al otro lado de la pantalla para, al instante, puntualizar: “Uno piensa que no está bien por dónde está, pero no es eso.